La Rueda demencial
giró,
giró como
siempre,
giró como
nunca.
Hoy alguien
rió
pero alguien
lloró.
Hoy alguien
nació
y otro
murió.
Alguien
encontró lo perdido
y otro
perdió lo encontrado.
Hoy un
abrazo no llegó
y también
hoy llegaron muchos.
Hoy la
respuesta se demoró
y quizás
jamás llegó.
Pero hoy
también
alguien
quedó pasmado
por la
noticia que le había llegado.
Hoy una
abuela mima a su nieto
y un nieto
llora a su abuela.
Hoy una
madre abraza a un hijo
y hoy un
hijo llora por el calor materno.
Hoy alguien
se excedió
y alguien se
contuvo.
Ambos fracasaron.
Hoy un
maestro castigó
y otro
felicitó.
Hoy alguien
comió por enésima vez
mientras
otro ayunó.
Hoy la Rueda
tuvo arriba a unos
y a otros les
pasó por encima.
Hoy se
enamoraron
otros se
enfadaron.
Se besaron,
se distanciaron,
se perdonaron
o juraron venganza.
Hoy el mundo
giró y giró
pero también
se detuvo en un beso tierno.
La Rueda
gira incesante, despiadada
hoy da,
mañana quita.
Hoy promete,
mañana falla.
Pero cada
vez que leas esto,
cada vez que
te sientas mal,
recordá que
ya vas a sentirte mejor.
Porque la
Rueda benevolente,
jamás deja
de girar.