Siento el peso del mundo
sobre mis hombros
son las culpas y los engaños
los excesos y sus defectos.
Y mis brazos no caen.
Siento las injurias y las burlas
las almas mártires sufriendo
las heridas escociendo
y yo, gran Atlas, muriendo.
Y mis brazos no caen.
El mundo gira sobre mis hombros
y lentamente mi mundo se va deteniendo
para mirar tus ojos lejanos
encallados en la soledad muerta.
Y mis brazos tiemblan.
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