De
repente ese frío
que
trepa por mi espalda
y
es noche.
De
repente y sin aviso
esa
noche que ciega almas
y
son tus ojos.
De
repente ese fuego
tan
perfecto como tus ojos
y
son tus labios.
De
repente esa pasión
ese
frenesí de locura
y
es primavera.
De
repente y con premura
la
primavera muere
y
es frío.
Mi
historia que quizá
algún
día hagas tuya.
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