lunes, 7 de octubre de 2013

Pequeño ensayo sobre la libertad

En mi opinión, la libertad ya no existe, aunque pongo en duda, que alguna vez haya existido. La libertad, suponiendo que exista, corresponde a unos pocos: corresponde a aquellos que son lo iniciadores del Efecto Dominó que vivimos a diario. Y no sé si tanto. 
Creo que el Efecto Dominó que nos envuelve, es decir la acción que yo llevo a cabo, que repercute en vos, y en efecto vos hacés algo que repercute en él, y así sucesivamente; es imparable y, a su vez, no tiene principio capaz de ser rastreado. Aquello no tiene principio dudo mucho que tenga final, pero que existe, aún así, es evidente que existe. 
Tecnologías que nos acercan, que atan nuestros destinos, que nos hunden en la vorágine de la socialización antisocial. Saber qué hace quién, cuándo, con quién, cómo y dónde, eso... eso no es libertad. Esa es la peor de las cárceles. 
La libertad es inherente al ser humano. La libertad, me animaría a decir, es constitutiva del ser humano. La libertad conlleva a actuar por medio de la razón, otra característica constitutiva del hombre. Si la tecnología nos arrebata la libertad tan frívolamente... ¿Qué somos ahora? ¿Somos hombres? ¿Somos animales?
Cabe hacerse una interrogante mayor: tiempo atrás, cuando no existía ninguna tecnología que finja acercarnos, ¿Existía la libertad? Un pueblo, masacrado por un imperio creciente, un campesino muerto a manos de un soldado invasor... ¿Tuvo acaso libertad? O, aquel soldado mismo, que mata por órdenes de su emperador ¿Tuvo libertad de acción?

Si estás sintiendo un vacío, en tu cuerpo, en tu mente, en tu existencia, lo entiendo. Yo me siento así: preso. 

J.I.M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario