Jamás mentí tanto
ni te engañé de peor forma
como esta noche.
Decirte que estaba bien
que no te preocupes por mí
que el mundo seguía en pie
mientras mi alma marchita
se derrumbaba en mis dedos
mientras tecleaba la agonía
y mis ojos albergaban un grito
desdichado
cargado de odio y llanto.
El vuelo tan alto
pero jamás despegué.
Las alas congeladas
aun latiendo por tu corazón.
El dolor frío
un puñal en el alma.
Y tu inesperado "no".
Imperfecto o eterno
ya no importa.
Sólo importa tu no
y mi heroísmo idiota
que por no hacerte mal
por no entristecer tus ojos
te ha mentido
y te ha dicho que estoy bien.
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