miércoles, 4 de septiembre de 2013

Imaginarium #3: María

Y no fue casualidad del destino verla ahí, sonriendo de una forma irrisoria, como si no fuera de esta vida, como si hubiera nacido ayer. Vestía de celeste, combinando con sus ojos. Morral en mano y pelos alborotados, la vi en el subterráneo. 
No sé cómo se llamaba, si tenía mi edad, de dónde venía o a dónde iba. Pero había algo en su sonrisa, tan perdida y decidida, que me llevó a imaginarme su vida. Imaginar su destino, las vueltas de su camino. 
Y ese aire tan virginal, tan etéreo, que su sonrisa brindaba. Ese haz de inocencia, abierto ante mis manos, marcando cada una de mis imperfecciones. 
La gente tan errante, tan perdida y sin dueño, con caras pálidas, resaltando su sonrisa, sus ojos claros y su mirada sonriente. La vi tan paradisíaca, tan ilusoria, que no la creí real.
Triste tragedia fue perderla entre la muchedumbre, ver el celeste de su ropa perderse en la espesura de la gente.
Así, mi vida vuelve a encausarse. Fugaz amor a quien jamás conocí. Fugaz amor a una sonrisa que jamás será mía... pero cómo alegró mi día.

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