La cara congelada.
Las manos entumecidas.
Los pies helados.
Pero el corazón en llamas.
Un invierno que se extendió
sobre la primavera.
Un invierno que no se decide
a acabar.
El viento me golpea.
La lluvia me golpea.
La noche me aplasta.
Pero llegaste vos
y tus palabras,
tan bellas,
tan simples,
como si fueran mías
pero que nacen de tu boca.
Pero llegaste vos
y diste muerte al invierno.
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