Llega a mi, traicionero y errante
el aroma a sal y a muertes viejas
del mar iridiscente que se agita
allí lejos, donde mis pies se pierden.
Arriba con su fragancia a sal
a suicidios y a amores fatuos
que murieron sin saberse puros.
Penetra en mi alma y la llena
con sus gritos, sus lágrimas
sus días, sus noches
sus lunas argentas y pasajeras
que vieron de historias, de amores
de sombras y de luces
que nos vieron a vos y a mi
abrazados y enamorados.
Aunque haya sido solo un sueño
aunque jamás haya ocurrido.
Y este aroma a mar, a verano
me deja, me abandona
y estas muertes, estas noches
me dejan, me abandonan
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