martes, 27 de diciembre de 2011

Poema 6


Me soñé lejano
entre lilas y llamas,
tras de mí un océano
de voces muertas
que reclaman mi alma.
Ante mí se erige
impertérrita y majestuosa
la puerta del erebo.
         He de cruzarlas.
Caminaré descalzo
sobre las llamas del averno
hasta morir de hastío
         y de frío
allí abajo
en el último círculo.

Las voces comienzan a aullar
elevando sus plegarias
a los cielos imperecederos.
Cada día me siento más lejos
de San Pedro y sus puertas.
A cada momento me acerco más
al lujurioso filo de un cuchillo,
o a la sensual soga que me acariciará.

Me estremezco y siento frío
hay un dolor innombrable
que corre por mi sangre
y clama por tu ser.
Quiero hundir mi cuerpo
en tus brazos protectores,
que son redención y amparo.
Quiero que pongas primavera
a este invierno en mi alma
pero no quiero que sufras,
y sé que conmigo lo harás.

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