jueves, 1 de diciembre de 2011

La niña y la sombra


Te ahorcaron los sueños
dulce niña
te tomaron la sangre
dulce flor
de tu cuerpo un vestigio
pobre mujer
de su cuerpo agresor.

Y el abrazo de la soga
cuello de cisne
se ciñe a tu vida
triste alma
y ya nada te separa
de ese páramo tranquilo
de tus sueños y desolación.
Y el hombre de sueños rotos
mira desde lejos tu alma juguetear
entre rosas y negras calas.

Y tu alma va donde los niños muertos
cantan arrullos de cuna
esperando el abrazo de amor y madre
esperando una caricia
a sus pobres almas maltrechas
a sus corazones que juegan
a las escondidas con la vida
que juegan a la mancha con la muerte.

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