lunes, 6 de febrero de 2012

Poema 33


Perdido y errante un silencio
naufraga por mis labios grises
por mis cabellos sucios
por mis ojos anegados en lágrimas
se desliza por la pálida sombra
de una sonrisa torcida
y se columpia en el umbral de tu recuerdo.

Conozco esa tibia luz que entra
por tus ojos de tierna infinidad
que cubre mis huesos e ilumina mi sonrisa.
Conozco ese ángel que despierto
en los corazones inocentes
conozco aquello bueno que sé crear
también conozco las sombras de mi alma.

Quisiera hundirte en mi pecho
y hacer tuya mi sangre
pero temo lastimarte
temo por ti
porque me conozco a mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario