jueves, 23 de febrero de 2012

Poema 38


 A Pilar,
 a quien agradezco su ayuda
y serena compañía. Con amor
J.I.M
Cuando los tañidos de las campanas
hagan trizas el blanco silencio
de tus pupilas peregrinas;
cuando la rosa de tus labios
se marchite perdida y olvidada;
cuando la alquimia de tus besos
sepa invertir su vil veneno
y deje de convertir
en hierro al oro,
en palabras vacuas mis caricias,
en calas mis besos;
cuando el reloj detenga sus manos
que saben abrazar el futuro
y mirar con desdén mi presente;
cuando se pierda en la amarga muerte
                        de un silencio parco
las tiernas reminiscencias de mis melodías
de mis palabras, mis canciones fallidas;
cuando el sol no sea aquel funesto Midas
que convierte en oro todo tu ser;
el viento dará un grito errante
y zanjará tu pecho mi ausencia
y cuenta te darás de que ya no estoy.

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