Ya no me quedan
esas ganas vivaces
de verte y abrazarte
de estremecerte en un beso
de peinarte o tan solo
de tocarte.
Ya no me quedan
las sonrisas frías
o los ojos cálidos
porque se fueron con vos
entre tus silencios
y mis amarguras.
Ya no me quedan
las brisas de primavera
ni el estallido de las flores
o las voces del mar.
Ya solo me queda
mi cuerpo y mi mente
y en verdad, no me sirve.
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