miércoles, 5 de octubre de 2011

Dennis

“La luna llena sobre París
ha transformado en hombre a Dennis
…Lobo-hombre en París”-
La Unión
-Lobo-Hombre en París-
           
            Silencio. Un grito es sofocado. Nuevamente silencio.
            Correteos. Alguien se detiene. Algo sigue acechando a su presa.
            Un salto. Un grito. Un mordisco. Silencio. Sangre.
            Dennis no se inmuta ante su víctima. Come su carne, sacia su sed con su sangre.
            La Luna en París brilla más fuerte y más hermosa que acá, de este lado del charco. Quizá porque, de ese lado, está el lobo-hombre.
            Dennis mira a su alrededor. No ve a nadie. Huye.
            Corretea por unos tejados. Se detiene. Mira la luna. Gime por su existencia. Y sigue correteando. Se detiene.
            Dennis está un poco agitado, se pone de cuclillas y piensa.
            Piensa en la Luna, fuerte, brillante, alta. Esa luna era el signo de su bestialidad, de su dolor. Esa Luna mató a su familia. Y espera. Espera esa bala de plata tan deseada. Sí, espera su muerte. Sabe que lo quieren cazar. Sabe que su vida vale unos cinco mil francos. Pero su hambre y su sed… su hambre y su sed son más fuertes. Maldito sea aquel último día de octubre en que ese lobo lo mordió.
            Oye gritos, allá, cerca del parque, donde mató a aquella virginal quinceañera. La muerte de la niña no le importaba. No le importaba nada. Solo le importa su propia muerte.

            Antorchas. Armas. Dennis reza para que traigan consigo balas de plata. Desde la muerte de su esposa, ya nada le incumbe. Desde que su esposa e hija murieron, busca su propia muerte. De hecho, la muerte de Dennis había llegado con la de su familia, ahora busca la muerte de su bestia.
            Un disparo. Puro plomo.
            Dennis grita, mas no se mueve.
            Otros disparos, uno lleva plata y algo de estaño.
            El lobo-hombre cae muerto. Ahora podrá ver a su esposa e hija, no como aquel lobo-hombre que las mató, sino como aquel padre-esposo que las amó.
           

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