lunes, 17 de octubre de 2011

Piedras



-¿Piedras, dice?
-Sí, aparecen de la nada en mi bolsillo.
-¿De la nada?
-Bueno… sí. O al menos me parece que es “de la nada”
-¿Es en cualquier momento del día?
-No. Eso también es extraño. Aparecen cuando camino, haciéndome peso. O cuando estoy en casa, limpiando, cocinando, planchando, en fin, pensando.
-¿Mucho peso?
-Bastante, diría yo. Pero lo extraño es que el peso no lo siento en los bolsillos, lo siento en el pecho.
-¿En el pecho, dice?
-Claro. Es algo extraño.
-Ya así lo creo. ¿Piensa demasiado usted?
-¿Qué pregunta es esa?
-¿Lo hace o no?
-Más de lo que debería.
-Evite darle doscientas vueltas en su mente a los asuntos y dejaran de aparecerle piedras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario