viernes, 28 de octubre de 2011

Mascarada


Hoy vi una mascarada. Máscaras de amor. Máscaras de odio. Máscaras de miedo. Máscaras de valentía. Máscaras tenebrosas o impolutas de grandeza. Hoy vi gente con máscaras.
         Porque es necesario ocultarse tras las máscaras. Máscaras de rojo carmín. Máscaras de color oro. Máscaras de plata y ópalo. Máscaras que protegen a quien las usa. Máscaras sublimes.
         Porque todos llevamos una. La usamos cuando en aprietos estamos, o cuando algo ocultar queremos. Porque hoy vi gente aterrada, tras máscaras de valentía. Porque hoy vi gente nefasta debajo de máscaras angelicales.
         Porque hoy vi a Nerón tras las máscara de Gandhi. Porque el mal, viste de rojo, y danza entre nosotros, disfrazado, a simple vista, y oculto con la más burda simpleza. 
         Porque las palabras, los actos, también son máscaras.
         Rostros artificiales, de fauno o de ninfa; de minotauro o de Teseo.
         Rostros de papel, tan endebles, tan formidables. Tan llenos de sombras. Tan llenos de luz.
         Y en esta mascarada artificial, donde te puedes ocultar hasta de tus amigos, todo vale. Porque nadie realmente te conoce. Porque nadie es quien dice ser. Porque todos ocultan su faz. Porque todos ocultan su verdad. Porque es más fácil huir por los callejones de la mentira, que sobrellevar la cruz de la verdad.
         Y en esta mascarada artificial, de amores y de odios, de barruntos miedos, de simples corajes, todo es distinto a como lo conocemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario