Y ahí estaba ella, esperándolo a él.
Y ahí estaba él, esperando a otra mujer.
¿Qué podría entender la muerte de amor?
¿Qué podía entender el hombre de muertes?
Y la Dama de fríos labios, de sueños perdidos
lo ve y sueña con el momento de tenerlo
-Mío serás- un día le dijo- tu vida me pertenecerá
-Mi vida dueña ya tiene- le respondió
-Tonterías- mientras una lágrima negra
por sus ojos brotaba y con desespero corría.
Llevarlo un día intentó, pero su necromancia
con aquel cuerpo pueril y joven no resultó
-Mi vida ya no es mía.- le objetó aquel muchacho-
Ella se la bebió en cada beso, en cada abrazo.
Ella tomó lo mejor de mí, y dejó sólo el cuerpo
de este que te habla, dulce Dama Blanca.
-Te esperaré.- balbuceo, perdida en sombras.-
Algún día tu corazón por ella dejará de latir
y comenzará a aullarme, para que calme su dolor.
Y pensaré que si ese corazón fuese mío,
dolor ya no tendrías, porque todo en ti calmaría.
-Mi corazón dejará de latir cuando el
de ella se aferre a la frialdad de tus brazos.
Quizás lo que a la Dama Blanca
le hubiese faltado saber, es que sus corazones
seguirían latiendo, no importe la distancia
no importe el tiempo, el lugar o quién se interponga.
saludos infinitos!!! en verdad embriagante la lectura
ResponderEliminarMil gracias ^^
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