viernes, 30 de septiembre de 2011

Charla en el 45


Hizo su seña de costumbre, y el colectivo frenó a unos metros de él. Subió aquellos tres peldaños, indicó su tarifa a pagar, mientras miraba si estaba su compañero, y pagó. Caminó unos pasos hasta donde su amigo reposaba, y lo saludó, luego de haberse sentado a su izquierda.
            Ambos iban a capital. Uno se bajaba por el obelisco, el otro seguía unas paradas más, hasta donde el colectivo pasaba por Radio Nacional. Ellos se conocían desde la primaria, por lo cual su abanico de temas para debatir no conocía límite.
            -A mi siempre me correspondieron- Dijo el que había abordado primero el colectivo.
            -¡Vamos! no me vas a decir que nunca tuviste un amor no correspondido.
            -No… nunca.- Lo miró con cara de extrañeza a su compañero, como si este dudara de sus encantos, de sus versos o de cualquiera de sus virtudes.
            -Que mala suerte que tenés…
            Quien subió último dejó que sus palabras se perdieran en el traqueteo y los bosinazos de los otros coches. Se hizo un breve silencio, que fue roto por su compañero.
            -No entiendo… Si a mi siempre que alguien me gustó, me lo levanté, y fuimos novios. ¿Qué tiene eso de “mala suerte”?
            -Tu teoría del “amor” está inconclusa. Supongamos lo siguiente. ¿Cómo sabés que estás triste?
            -Porque lo estoy…
            -No, no me entendés. ¿Cómo sabés que es de día o de noche?
            -Porque hay sol o está la luna.
            -¿Y si está nublado o hay Luna Nueva?- La cara de su compañero empezaba a denotar poco interés por esta presunta “Teoría del Amor”- No, no. Sabés que estás triste, porque recordás cuando estuviste alegre. Al igual que sabés que es de día o de noche porque recordás el momento contrario del día.
            >>Cuando uno tiene un amor no correspondido, sufre, ¿No es verdad?; Bueno, sólo en ese sufrimiento, uno puede apreciar las dimensiones de su amor. Luego de que uno conozca hasta dónde podría llegar por aquella persona que no le corresponda, sabe hasta dónde llega el límite de su amor.
            -Perfecto, todo muy lindo y muy bonito…pero si no me corresponden, ¿De qué me sirve conocer los límites de mi amor?
            -Fácil, para cuando ames y seas correspondido, vas a saber hasta dónde podés llegar a amar, si podés dar más o no, o si la relación no prolifera, sabrás hasta dónde dar… pero si no conocés el final de algo ¿Vas a saber cuánto tenés? y si no sabés cuánto tenés ¿Sabés, acaso, cuánto dar?

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