lunes, 26 de septiembre de 2011

Nuestro tiempo pasó


 A Lucía, con el
poco cariño que le guardo.

Nuestro tiempo pasó, amiga. Nuestros silencios abrieron abismos.
         Abismos insondables, de negros vacíos. Abismos faltos de amor, abismos faltos de comprensión, abismos llenos de rencores eternos, abismos plagados de traición.
         Y si me has cambiado, ¿A mi qué más me da? Si el error mío fue.
         Me has cambiado, como si se tratara de una prenda de vestir. Como si de pronto yo ya no te sirviese. Como si de pronto otro pudiese prestarte los oídos mejor de lo que yo lo hice.
         El abismo es ancho y profundo, amiga. Esto es el fin de un camino. El tope de un sendero.
         Dejo en ti mis alegrías. Dejo llantos, abrazos y algunos besos. Dejo sueños rotos. Dejo el sabor amargo que me provoca el ya no conocerte. Dejo alguna que otra promesa sin cumplir. Dejo lo bueno de un tiempo, en ti, mi amiga.
         Pero he encontrado a alguien mejor. Alguien que realmente me comprende, alguien que realmente me acompaña. Encontré quien me dé eso que durante cuatro años simulaste darme.
         Es triste que te haya jurado quererte siempre y hoy ya no desee cumplir con mi palabra. Pero el tiempo pasó y nos cambió, a ambos.
         Y ahora puedes irte. Vete. No me interesa lo qué hagas o con quién lo hagas. Tengo quien me cuide, por mi no te preocupes…aunque, ahora, me detengo y pienso: ¿alguna vez me has cuidado?
         Vete. Me cambias por un par de zetas y un par de chillidos. No me interesa lo que digas, si es a favor o en mi contra. No te preocupes, tengo quienes saben quererme… pero, me pregunto: ¿es que alguna vez me has querido?

         Me detengo y pienso que el título de hermana que antaño te di, ya no te corresponde… mas aun estoy en duda si el de conocida no te queda demasiado grande.

No hay comentarios:

Publicar un comentario